Para poder llevar a cabo la intervención, los animales tendrán que ser sometidos a anestesia general. Normalmente, cuando escuchamos la palabra anestesia, encontramos en ella algo que infunde respeto y eso es lo que hay que tenerle, pero nunca miedo, dado que, sin ella, muchas de nuestras mascotas no podrían ser operadas y por tanto estarían desahuciadas. Por ello hay que considerar la anestesia veterinaria como la puerta a una mejor calidad de vida y no como a un riesgo o peligro.
Uso de la anestesia veterinaria:
Una operación de urgencia, esterilización o castración, o fractura de algún hueso, por ejemplo, son algunos de los muchos casos en los que la anestesia veterinaria juega un papel primordial. Pero al igual que la anestesia en humanos, la anestesia veterinaria tiene sus riesgos.
Hay factores que dependen del animal, como puede ser su edad, las patologías que sufra o el peso. Por ello siempre hay que procurar que ésta se encuentre en un peso ideal, tenga una higiene periódica y que además de una buena alimentación haga mucho ejercicio para que, a la hora de afrontar una intervención, ésta sea un éxito.
Es muy importante también, el diagnóstico precoz y el tratamiento médico previo para estabilizar al animal y someterlo a la cirugía, minimizando de esta forma los riesgos y futuras complicaciones.
Todos nuestros pacientes son sometidos a exámenes físicos y análisis de sangre previos a la cirugía, para adaptar los protocolos de anestesia a cada uno y minimizar el riesgo que puede existir al someterlos a una sedación o anestesia general.
Nuestros anestesistas veterinarios cuentan con la más completa formación y profesionalidad para que la administración de anestesia veterinaria sea correcta y la operación sea un éxito. Los pacientes están monitorizados y vigilados continuamente para evitar que la mascota sufra o sienta dolor.
